Sueño cumplido

Sueño cumplidoLlevaba tiempo con la idea en la cabeza. Después de haberme follado a mis dos compis del trabajo, cada vez me excitaba más viendo en internet videos de mujeres rodeadas de pollas que les daban caña por todos los agujeros. Así que me puse manos a la obra. Entré en una página de contactos para buscar con quién. Ufff, no es tan fácil, por un tiempo pensé que igual es que ya estoy un poco pasadita para estas cosas y que mi cuerpo ya no le pone a los hombres, o que a lo mejor no es tan fácil encontrar un grupo de tipos dispuestos a follarse a una mujer junto a otros hombres.Al fin he encontrado lo que quería, un usuario de la página, desde luego con un nombre muy sugerente, pero que aquí simplemente voy a llamar Usuario, se ha mostrado dispuesto a todo. Después de unos cuantos correos, llegamos a un acuerdo. ¿Cuándo? El pasado miércoles, ¿dónde?, mi casa de la playa, ¿límites? ninguno. Él y cinco amigos contra mí. Llegué una hora antes de lo que habíamos quedado, para que la casa estuviera calentita. En diciembre no están las cosas para andar desnuda dos o tres horas sin calefacción, ni siquiera en Valencia. Mientras subía en el ascensor pensé que no había absolutamente nadie allí. La idea de encontrarme con seis desconocidos que venían dispuestos a follarme por todos los lados en un lugar tan solitario, me estremeció un poco, pero a le vez me estaba poniendo en un estado de excitación increíble.Entré en casa, puse la calefacción, fui a la habitación. Me di una buena ducha, y me preparé con alguna de mis mejores galas, bragas de encaje, medias con liguero, mi conjunto de corsé con faldita que apenas me tapaba el culo, tacón alto, unas gotas de perfume, y encima, mi bata de raso. Completamente de negro, me sentí verdaderamente una femmefatale dispuesta a todo. Fui al comedor, me preparé un gintonic, puse algo de música y me senté a esperar. Eran las 17:45.Cinco minutos después sonó el portero automático. Abrí sin preguntar, mi corazón empezó a latir a cien por hora, y me di cuenta de que mi excitación era equivalente a mis dudas. Pero ahora ya no había vuelta atrás, yo había querido llegar hasta allí, y ahora era presa de mis deseos. El ruido de la puerta me sacó de mis pensamientos. Abrí. Seis hombres expectantes me esperaban al otro lado. Eran bastante jóvenes, había un par de ellos que parecían muy musculosos, otro, el que debía ser Usuario, estaba el primero, no sé si llegaría a los 20 años, dos sudamericanos y un negro. Pasad, dije sin dejarles hablar. Entraron directamente al salón. Sentaos y decidme qué queréis tomar. ¿Nos dejas que te ayudemos? Preguntó uno de los musculitos acercándose. - No, le dije con seguridad, mientras con mi dedo índice le acariciaba levemente la nariz, - poneos cómodos. Uno tras otro se fueron sentando después de quitarse los abrigos y las cazadoras a la vez que yo iba preparándoles las copas.- Mirad, esta tarde voy a ser para vosotros, iba hablando mientras me movía entre hielos, copas, whisky, ginebra y tónica. Busco una experiencia total, vale todo, no hay límites ni reglas. Hoy tenéis barra libre, dije, mientras dejé caer la bata al suelo.Tenía preparada una selección de música dance para darle un poco de ambiente al asunto. Empezó a sonar y yo a moverme por el salón. Reconozco que siempre me ha gustado bailar, muchos hombres me han dicho que les excita ver cómo me muevo, uno de ellos mi marido. Sé cuáles son las armas que tengo, y no las desaprovecho.Empecé a oír un murmullo entre ellos, joder que puta, cómo está la zorra, ostia, te vamos a dar hasta que no puedas gritar más. Dos de ellos se me pusieron al lado, uno de los sudamericanos me cogió de las caderas por detrás y al ritmo de la música acercó su paquete a mi culo, el otro, el negro bailaba delante de mí. Le cogí de la camisa y le acerqué, empecé a desabotonarle y dejé un pecho impresionante al descubierto, enseguida mis dientes se recrearon mordisqueando sus pezones. Otras manos me agarraron las tetas, mientras que veía como los dos musculitos se habían quedado completamente desnudos. ¡¡Madre mía que dos pollas se gastaban!!Vamos a ver que tienes debajo de esa ropita, furcia, habló Usuario, los dos sudamericanos me arrancaron el corsé dejando mis tetas libres, empezaron a pellizcarme los pezones y unos dedos se metieron por dentro de mis bragas acariciando mi coño, que ya estaba chorreando.Los musculitos, con sus pollas completamente tiesas, se acercaron, me cogieron en volandas, me abrieron de piernas completamente y dijeron vamos Usuario, empieza tú, te lo mereces, por habernos traído hasta aquí. Me penetró de un solo golpe, las manos seguían sobándome todos los rincones de mi cuerpo, empezaba a notar rojas las tetas de los tirones de mis pezones. Trataba de concentrarme en la polla que me estaba follando el coño cuando me tiraron del pelo hacia atrás, la cabeza caída y una polla negra enorme que se dirigía a mi boca, me agarró de las orejas y empezó a follarme hasta la garganta. Apenas podía tragármela, realmente era enorme, me dieron varias arcadas, pero el cabrón del negro no se cortó un pelo, al revés, me la metió más adentro. Mientras, los dos sudamericanos se iban alternando con Usuario, follándome el coño, para irme poniendo cada vez más y más cachonda, sentí tres espasmos como no había sentido antes, un orgasmo increíble que me hubiera hecho gritar si no hubiese tenido la boca llena de polla. A estas alturas mi voluntad estaba anulada, estaba poseída por un afán de sexo y lujuria sin fin.Vamos zorra, de rodillas, dijo uno de los musculitos, mientras me soltaban en el suelo. En un momento se pusieron todos a mi alrededor, todas sus pollas acercándose a mi cara, golpeándome las mejillas, sus olores eran muy distintos, quería comprobar sus sabores, una detrás de otra fui chupándolas despacio, pero ellos estaban como locos, el otro musculitos, me agarró diciendo mira zorra cómetela pero hasta dentro, nada de lamiditas de novia pija, eres una puerca asquerosa que se va a tragar todo nuestro semen. Me dio una bofetada.Ese bofetón fue como el chupinazo de las fiestas, los hombres desaparecieron y aparecieron seis a****les salvajes en celo, todas las pollas buscaban mi cara, me tiraban del pelo, mientras mi boca no daba abasto, bofetadas, palmetadas en las tetas, uno se corrió en mi ojo derecho, otro más me regó las tetas, las manos de otro me penetraban el coño con los cinco dedos. Creo que llegué a notar la mano entera dentro de mí. Gritaba, gemía, pero no me dejaban parar, agárrame la polla y muévete perra, la mano libre la utilicé para buscar otra polla más y masajearla. Estaba sudando, la leche que esos dos me habían echado encima se mezclaba con mi saliva y mi sudor.Me empujaron de los hombros y me pusieron a cuatro patas, un pie en la cabeza impedía que me moviera. Una lluvia de azotes cayó en mi culo, gritaba, gritaba con fuerza, cuando separaron mis nalgas y noté como una polla enorme trataba de entrar en mi ano. Siempre me ha gustado el anal, pero me dolía, esa polla era bestial, grité parad, parad, me duele, joder, intenté zafarme pero era imposible. ¿Qué paremos? dijo uno de los sudamericanos, no hay límites, recuerda, zorra de mierda. La polla me había entrado hasta dentro, creía que me estaba atravesando, con cada embestida tenía la sensación de que me iba a salir por la boca. Mientras, los azotes, los tirones de los pezones y los insultos eran constantes. Sentí que me inundaban por dentro, jamás he tenido una corrida semejante. ¡¡Pero cuanta leche tiene este tío en los huevos!! Recuerdo que pensé entre jadeos.En medio ya de una ensoñación, medio desconcertada y abrumada, sentí que me daban la vuelta otra vez. Había uno en el suelo, me pusieron encima de él y me volvió a penetrar el culo, me dolía, me escocía, lo sentía enrojecido, pero estaba entregada. Comenzó una ruleta increíble, los otros cinco se iban turnando, mi coño, mi boca, mis tetas, y yo, que entré en un desenfreno total y absoluto, recuerdo cómo a uno de ellos le comí los huevos de tal manera que sus gritos se hicieron más fuertes que los míos. Después de un rato, empecé a tener orgasmos, uno detrás de otro, nunca me ha pasado antes algo así. Ahora era yo la que quería que siguieran, que me dieran más, que no parasen de follarme.El sabor del semen se me mezclaba en la boca, una explosión ardiente cuando el que me estaba follando el culo se corrió de nuevo. Un instante después me di cuenta de que mi coño, que debía parecer un túnel, estaba ocupado por las pollas de los dos musculitos. Jooder, joder, que pasada, mis sensaciones a flor de piel, mis gritos desgarradores y mis espasmos hicieron que se corrieran pronto, uno dentro, el otro en mi tripa, mientras otros dos me iban regando desde la cara hasta las tetas. Un instante de quietud, me quedé adormecida, mientras mi coño, como con vida propia, seguía latiendo, contrayéndose y haciéndome gemir como una perrita. Recorrí con mis manos mi cuerpo recubierto de semen, me lo restregué bien por la tripa y las tetas, que estaban ardiendo, y me llevé dos dedos a la boca. Entonces un pie se me acercó y oí, chupa hombre, mis dedos son mejores que los tuyos, puerca. Obediente, comencé a lamer los pies que se me acercaban y fue entonces cuando sentí el chorro caliente que empezó a regarme el cuerpo, primero fue uno, luego dos, tres, o cuatro, no sé cuántos porque mi cansancio y mi estado de irrealidad eran tales, que me quedé adormecida entre vapores de calor y lujuria.Cuando me desperté, el silencio era absoluto. Estaba sola, tirada en medio del salón de mi casa de la playa, olía a sexo salvaje, semen, pis y macho en celo. Sólo acerté a imaginar la excitación tremenda de Antonio cuando llegase a casa y fuera recorriendo todos esos olores mientras le contaba con detalle mi aventura.