Empalada por un desconocido

Empalada por un desconocidoEsa mañana desperté con los primeros rayos del sol en la cara, sintiendo la verga muy empalmada de Víctor empujando entre mis cachetes desnudos.Habíamos pasado la noche en un hotel, celebrando un nuevo aniversario de bodas. Cerré los ojos otra vez; era un día en que mi adorado esposo y yo no teníamos que ir a trabajar.En esa habitación todavía se podía oler el champagne; el mismo con el que Víctor había empapado mi cuerpo desnudo después de vendarme los ojos. Se dedicó a lamer cada poro de mi piel durante un buen rato.Después cogimos con salvajismo, con pasión, casi con rabia?Pero a la mañana ya la presión de esa verga contra mi culo me estaba haciendo humedecer. Mi esposo la tenía muy tiesa y finalmente, sin darme vuelta, estiré una mano y tomé esa hermosa pija entre mis dedos.Separé un poco mis muslos y gue la punta de su verga entre ellos; todo mi cuerpo se estremeció al sentir que rozaba mi hinchado clítoris y suspiré.Mi concha se humedeció en segundos; volví a suspirar, mientras movía mi trasero para acomodar esa pija entre mis labios vaginales.Pronto la sentí toda adentro, enterrada hasta el fondo. Suspiré con ganas.Apreté la verga de Víctor con mis músculos vaginales y sentí que se endurecía todavía un poco más. Él comenzó a bombearme, al mismo tiempo que me sostenía por las caderas, marcándome el ritmo.Comencé a jadear alto, mientras empujaba mi cuerpo contra el suyo.Seguía con los ojos cerrados, como si todavía estuviera vendada.Comencé a temblar y a tensar mi cuerpo, notando que mi orgasmo se aproximaba. Por fin tuve uno muy intenso, pero continué balanceando mis caderas contra la hermosa verga de mi esposo.Mis aullidos de placer fueron demasiado para Víctor y entonces sentí ese semen caliente inundando mi concha desesperada por una pija dura.Aullé más alto todavía, sintiendo unos espasmos de esa gruesa verga dentro de mi vagina. Víctor seguía bombeándome, ahora más despacio y entonces tuve un segundo orgasmo casi consecutivo.Realmente había sido un polvo magnífico?Sentí que las manos dejaban mi cintura y esa verga salía de mi vagina.Con los ojos cerrados, noté que él se levantaba de la cama y se encerraba en el baño.Quedé en un estado de letargo, rendida por la pasión de ese polvo?Un rato después desperté y me encontré que frente a mí se encontraba acostado Víctor sonriéndome. Dentro del baño, todavía se podía oír el agua de la ducha corriendo. De repente, el grifo se cerró?Víctor seguía sonriendo; bajé mi vista, para encontrar que su verga estaba más tiesa que nunca, casi a punto de estallar. Entonces me di cuenta de que había cogido con otro hombre, frente a la mirada de mi esposo?Y para peor, yo misma me había hecho penetrar por esa otra verga dura.Podía sentir todavía el semen de ese otro hombre escurriéndose entre mis muslos, manchando las sábanas.Entonces sospeché que, la noche anterior, mientras yo estaba con los ojos vendados, ese otro hombre había lamido el champagne de todo mi cuerpo y después me había cogido con total salvajismo y furia.Pero entonces mie esposo adivinó mis pensamientos y dijo que me quedara tranquila, porque había sido solamente él quien me había cogido durante la noche, mientras yo estaba con mis ojos vendados. El otro hombre había lamido todo mi cuerpo, pero sin penetrarme?Mi adorable esposo seguía sonriendo, cuando noté que el otro hombre volvía a meterse en la cama por detrás de mi cuerpo. Giré la cabeza y me encontré que era Carlos, un primo de mi marido.Estaba completamente desnudo y su pija seguía bien empalmada, mientras se regodeaba mirando mi cuerpo desnudo. Yo no lo podía creer; Víctor me había entregado a su propio primo, quien siempre se me había insinuado abiertamente para cogerme. Cerré por un momento los ojos. Mi mente tenía que procesar todo lo ocurrido, estaba desnuda en la cama con mi esposo y con su primo.Para peor, ambos me habían cogido y robado varios orgasmos.Carlos era un tipo casado; su mujer era divina y ahora me daba bronca que fuera una cornuda por mi causa. Quería matar a ese hombre y también a mi esposo.Pero entonces mis pensamientos se esfumaron y comencé a suspirar sintiendo los labios de Víctor en mi cuello.Mi esposo me hizo voltear boca abajo y se montó sobre mi espalda. Separé mis muslos y pude sentir su pija tiesa rozando mis labios vaginales.Entonces tuve un nuevo orgasmo, antes de que mi esposo me penetrara.Aullé como loca al sentir esa electricidad subiendo desde mi vientre.Ahora mi concha estaba empapada y bien dilatada. Entonces Víctor clavó su verga erecta dentro de mi bien lubricada concha.Entró hasta el fondo en una sola embestida y el peso de su cuerpo me aplastó contra el colchón. Hundí mi cabeza en la almohada y grité como nunca?Víctor me cogió boca abajo por unos diez minutos, bombeándome la concha casi con bronca. Yo cerré mis ojos y no saqué mi cara de la almohada. Podía saber que mi esposo estaba muy excitado luego de verme coger con su primo.Finalmente acabó, agregando otra buena cantidad de semen tibio dentro de mi muy abusada y agradecida concha. Sin salirse, él volvió a vendarme los ojos. Y allí quedé rendida, hasta que sentí que Víctor se levantaba.Intenté incorporarme, pero un par de manos me empujaron hacia abajo. Muy obediente, me quedé quieta, esperando por la otra verga dura.Carlos me la metió despacio y entonces supe que él hacía eso solamente para lubricar su poderosa herramienta.Intenté debatirme, sabiendo que el próximo paso era destrozarme el ano. Pero esta vez las fuertes manos de Víctor me mantuvieron en posición.Comencé a gritar de dolor al sentir que una muy gruesa cabeza intentaba abrirse paso a través de mi esfínter anal. Mi ano estaba bastante apretado, ya que Víctor no me había sodomizado en varias semanas?Y ahora su estimado primo iba a darse el gusto de romperme el culo; algo con lo que ese degenerado había soñado por años?Carlos me bombeó el culo despacio, gruñendo y jadeando, sin articular palabra. Luego del dolor y ardor inicial, comencé a sentir placer con esa tremenda pija entrando y saliendo de mi ano.Finalmente su cuerpo se quedó quieto sobre el mío y entonces sentí que Carlos se vaciaba en el fondo de mi maltratado ano.Se salió de mi cuerpo con suavidad y yo me quedé acostaba boca abajo, recuperando la respiración, con mis ojos todavía vendados. Mi corazón latía a mil por hora. Estaba dolorida, pero también muy relajada y satisfecha.Entonces presentí un movimiento y supe que mi adorado esposo también quería disfrutar de penetrar mi pobre ano, ahora tan bien dilatado y lubricado?